domingo, 20 de mayo de 2012

Aspirar al Cielo

     La Iglesia, como buena Madre, nos guía en nuestro camino al Cielo; lo hace también con la Liturgia. Hoy celebramos la Ascensión del Señor: Jesucristo, después de un tiempo de haber dejado su gloria (cfr. Flp 2) y habernos salvado, vuelve al Cielo. Él es nuestra Cabeza y “ha empezado” ha llevarnos al Cielo, al ascender primero.
     San Pablo nos amonestaba de esta manera al inicio de la Pascua: “Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra...” (Col 3,1).
     ¿Cómo será el Cielo? Sabemos que “su tiempo” va a ser la eternidad. ¿Qué haremos allí? Amar, saciarnos de Dios y darle gloria. “Sacia sin saciar”, comentaban los Santos Padres. “Para siempre, para siempre, para siempre”, decía San Josemaría.

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