lunes, 28 de mayo de 2012

Ayer celebramos el Día del Seminario


Fachada de nuestro Seminario

     El día de ayer, solemnidad de Pentecostés y final del tiempo de Pascua, celebramos en la Diócesis el Día del Seminario, un día en el que se hace promoción del Seminario yendo a las parroquias de la Diócesis a promover las vocaciones, a agradecer la ayuda espiritual y material que prestan los fieles a nuestros Seminarios Mayor y Menor, e incentivar a que sigan ayudando activamente en la formación de los futuros sacerdotes.
     Con gran gusto fui a la parroquia de Patzún a ayudar sacerdotalmente y a cumplir también con el cometido ya mencionado.
     En la predicación recalqué que, aunque Dios puede darse a conocer directamente a las personas –aunque el trato con Él ha de ser directo, necesariamente-, prefiere hacerlo por mediadores. En el acontecimiento de Pentecostés (cfr. Hch 2), “enardeció” a los apóstoles y a los reunidos en el Cenáculo para prestar testimonio de Jesucristo, para hablar de las maravillas de Dios en tan diversas lenguas. Así también ahora se necesita de esos mediadores cualificados –los sacerdotes- para esta misión. De ahí que esta solemnidad de Pentecostés –la venida del Espíritu Santo- esté muy ligada al Seminario.
     Aunque haya pasado esta Solemnidad, siempre es actual la oración y la ayuda a las vocaciones. Se las encarezco, especialmente las espirituales –aunque no vendría mal alguna material-, de las que nos valemos principalmente.

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