Con alegría recordamos hoy la Visitación
de la Virgen María, culminación perfecta del mes de mayo (aunque el Calendario
Litúrgico, según entiendo, hace prevalecer la fiesta de Jesucristo, Sumo y
Eterno Sacerdote: las fiestas del Señor están por encima de las fiestas de los
santos. Espero que me corrija alguien si me he equivocado). Prefiero postear unas
palabras que nos ayuden a reflexionar sobre esta fiesta.
El motivo de la visita se halla en el
hecho de que durante la anunciación, Gabriel había nombrado de modo
significativo a Isabel, que en edad avanzada había concebido de su marido
Zacarías un hijo, por el poder de Dios. así, pues, María, movida por la
caridad, se dirige a la casa de su pariente. Cuando entra, Isabel, al responder
a su saludo y sintiendo saltar de gozo al niño en su seno, “llena de Espíritu
Santo”, saluda a María en alta voz: “Bendita tú
entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre” (cfr. Lc 1,40-42). Esta exclamación
o aclamación de Isabel entraría posteriormente en el Avemaría como una continuación del saludo del ángel, convirtiéndose
así en una de las plegarias más frecuentes de la Iglesia.
En el saludo de Isabel cada palabra está
llena de sentido y, sin embargo, parece ser de importancia fundamental lo que dice al final: “¡Dichosa tú, que has
creído, porque lo que te ha
dicho el Señor se cumplirá!”. Estas palabras se pueden poner junto al apelativo
“llena de gracia” del saludo del ángel. En ambos textos se revela un contenido
mariológico esencial, o sea, la verdad sobre María, que ha llegado a estar
realmente presente en el misterio de Cristo, precisamente porque “ha creído”. La plenitud de gracia, anunciada por el ángel, significa el don de
Dios mismo; la fe de María, proclamada por Isabel
en la visitación, indica cómo la Virgen de Nazaret ha respondido a este don. (Juan Pablo II, Redemptoris Mater [1987], n. 12).
Muy bien por este comentario en la Fiesta de la Visitación de María a su prima Isabel.
ResponderEliminarHoy lo hemos celebrado en toda la iglesia.
La fiesta de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, que es el jueves siguiente a Pentecostés, ha quedado suprimida por coincidir con la fiesta de la Visitación de la Virgen María.
La razón es clara: La Visitación es una fiesta del calendario universal, mientras que la de Cristo Sumo y Sacerdote es fiesta propia del calendario en España y, según la tabla de los días liturgicos, las fiestas de la iglesia universal tienen precedencia sobre las fiestas de las iglesias particulares(Cfr Tabla de los días liturgicos, dispuesta según el orden de precedencia, II 7 y 8e; Misal Romano pags 111-112).
El Cardenal Prefecto de la Congregación del Culto Divino y Sacramentos, en carta al Presidente de la Conferencia Episcopal Española ha dispuesto que la Fiesta de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote se celebre este año el viernes 1 de junio.
Felicito a todos los sacerdotes exalumnos del Seminario de Sololá que hoy celebran en su día liturgicamente esa fiesta y me uno a su alegría.