sábado, 19 de enero de 2013

Octavario (II)

Fra Angelico: "Conversión de san Pablo"

     Hb 4,12, pasaje que leímos en la primera lectura de la Misa, dice: “la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón”.
     Y yo me pregunto: ¿cómo es, entonces, que no siempre llega al corazón?, ¿cómo hay algunos que la escuchan, que la escuchamos, y quedamos indiferentes? ¿Será que no es suficientemente eficaz y penetrante?
     La respuesta, hasta cierto punto, es obvia: nuestros pecados retardan la gracia y la eficacia de su palabra en nosotros.
     En este Octavario, ¿por qué no nos decidimos tú y yo a buscar más a Dios y enfrentarnos con el diablo, que huirá de nosotros (cfr. St 4,7)? Creo que confesarnos, confesarnos bien, podrá ayudar un poco más al acercamiento de los cristianos –primero, nosotros- y a la unidad de la Iglesia.

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