Hoy, 22 de febrero, celebramos la Cátedra
de San Pedro, una fiesta que ya se celebraba en la Iglesia en el siglo IV. En las
actuales circunstancias nos resulta más fácil encomendar al Santo Padre.
El objetivo de la fiesta es recordar y
celebrar la unidad de la Iglesia en la roca inamovible del sucesor de San
Pedro, del Papa. Aunque la figura del Papa es frágil, como la de cualquier
miembro de la raza humana, es el instrumento de la Unidad en la única Iglesia
fundada por Cristo. Así es como lo recalca el evangelista san Mateo, en la Misa
de hoy: “...y sobre esta piedra edificaré MI Iglesia” (Mt 16,18a). El posesivo
no sólo indica que es de Cristo sino que también es única, una sola Iglesia
fundada por Él, y su garantía es el Vicario de Cristo, la roca elegida en la
que se funda firme la Iglesia.
Aunque la Barca de Pedro (que es la
Iglesia) se vea zarandeada frecuentemente por las olas –las olas son externas,
pero también hay muchas olas internas (el Papa recién ha apuntado que hay mucha
hipocresía en la Iglesia)-, nos sentimos seguros unidos al Papa, pues en esta
Barca de Pedro va Cristo y prometió su presencia y ayuda continua: “y las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt 16,18b), “Yo estaré con
ustedes hasta el fin del mundo” (Mt 28,20).
¡Gracias, Santo Padre, por su fidelidad a
Cristo! Estamos unidos a usted.
No hay comentarios:
Publicar un comentario