domingo, 17 de febrero de 2013

La realidad de la tentación



     Es una intriga: por parte de unos, somos acusados de que hablamos mucho de demonios y de pecado; por otros somos acusados de que no hablamos de estos temas. ¿A quién hacerle caso? Ciertamente, ni a unos ni a otros, sino “Al De Arriba”.
     Las lecturas de la Misa de hoy, especialmente la del evangelio (Lc 4,1-13), nos recuerda que el Demonio es un ser real, personal, que existe y que se mueve, y su misión es la tentación y el pecado. El mismo nombre de Satanás significa “Tentador”.
     Si no existiera pecado, no habría Demonio; si no hubiera ni Demonio ni pecado, no habría Redención; si no hubiera Redención, no existiría Dios ni tú y yo...
     No es para alarmarte, pero tienes que pertrecharte de “las armas de la luz” y combatir este combate que tenemos seguro de ganar, porque Dios está de nuestra parte. Pero, tú y yo, ¡NO NOS DEJEMOS GANAR POR EL ARMA DEL DEMONIO QUE ES LA TENTACIÓN! Pidámosle a Dios: “no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal”. ¿Te suenan estas plegarias?

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