En varias ocasiones, mientras viajaba, me
servía de audiolibros para aprovechar el tiempo y conocer algo más. Hoy he
terminado de oír la biografía de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith
Stein), la judía-alemana, discípula de E. Husserl, que murió mártir en los
campos de concentración nazi.
De lo que he escuchado, una anécdota me ha
servido para argumentar algunas consideraciones propias. Se trata de cuando
Edith y su madre caminan juntas conversando, después de la conversión al
catolicismo de la primera. Su madre no aceptaba que su hija menor haya
apostatado de su fe [judía]. Mayor golpe para ella sería cuando su hija le
comunica que quiere ingresar en un convento y hacerse monja.
Ambas caminaban juntas, después de asistir
a un sermón en la sinagoga (Edith, para acompañar a su madre); habían escuchado
el sermón magistral del rabino que sostenía que podía ser bueno ante Dios. Conversaban
sobre ello. La madre le dice:
-- Si se puede ser “buena” siendo judía, ¿por
qué te hiciste cristiana?
A lo que respondió Edith:
-- Es BUENO, si no se conoce algo MEJOR…
He leído muchas historias y cada vez me
convenzo más de que los conversos, en tantas ocasiones, se toman más en serio
su fe católica que los que siempre hemos vivido en la Iglesia…
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