jueves, 26 de diciembre de 2013

¡Qué alegría convivir en familia!

    Hoy me he encontrado con unos sacerdotes, amigos míos, después de la celebración de la Navidad. Qué alegre el momento que he pasado con ellos, compartiendo incidencias sacerdotales. En efecto, es un sacerdote quien mejor comprende y puede ayudar a un sacerdote. Sobre todo un sacerdote que está para comprenderte y ayudarte.
     Dentro de un momento, un momento para rezar y prepararme para celebrar la Santa Misa, celebrando a San Esteban protomártir, y encomendaré a mi papá, que lleva este nombre. Estos días lo estoy aprovechando para compartir su alegría y su compañía, tratando yo también de hacerles compañía. ¡Cuánto he disfrutado de la compañía de mi familia, hermanos y sobrinos.
     Pasados los años me he ido dando cuenta mejor que es la familia la que alegra y no tanto las fiestas, aunque, ciertamente, una fiesta como la de la Navidad ayuda esencialmente a darle contenido a esta alegría. No son, pues, las cosas materiales o el jolgorio lo que alegra.
     Pasar ratos con la familia, con todas nuestras diferencias, estimula y da sentido a la vida.
     Dentro de tres días celebraremos a la Sagrada Familia de Nazaret. Tú y yo intentaremos tenerles muy presentes durante nuestros ratos de conversación con Dios; ahora que es tan fácil en estos días de Navidad, fiesta que no se ha agotado ayer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario