viernes, 13 de diciembre de 2013

Bendición de retablo y preparación de Ordenación

La iglesia de San Jorge, que servirá de "retablo" de la Ceremonia de Ordenación.
     Durante la mañana, después de celebrar la Santa Misa a un grupo de religiosas a temprana hora, concelebré una Misa en Patzún, en donde Mons. Gonzalo, nuestro obispo, bendijo la restauración del retablo del templo colonial. El retablo, junto con la iglesia colonial, fue derruido por el terremoto del ’76; ahora se logró restaurarlo.
     El esfuerzo ha sido considerable, aunque le falta dorarlo, lo que requiere un esfuerzo mayor. El P. Juan Turuy agradeció a los feligreses por haber ayudado a la mencionada restauración del retablo, pero también les animó a que emprenden la segunda parte: dorar el altar. Explicó que el oro que se requiere para ello debe ser de 24 kilates, medidas requeridas por el Instituto de Antropología, y que el precio está estimado en medio millón de quetzales. Y bromeó el párroco con los feligreses: “el dinero ya lo tenemos, sólo que está en la bolsa de ustedes...”
     Mientras regresaba y “mi” chofer ocasional me dejaba en un sitio, necesitaba cruzar la calle para tomar el carro que me llevaría al Seminario. Mientras esperaba cruzar, una niña de unos 10 años desaceleró el paso por mi lado de la calle y me besó la mano, como muestra de respeto que tienen los feligreses de por aquí. Me reconoció porque iba con sotana. Francamente, me conmovió y me emocionó. Le di la bendición.
     Ya al volver al Seminario nos pusimos a la tarea de preparar todo para la Ordenación del Dcno. Santos y nos encaminamos, los seminaristas y yo, al pueblo de San Jorge para ensayar la Ceremonia. ¡Qué alboroto hay en este pequeño pueblito! Todo mundo está echando una mano para los arreglos.
     A unos señorones miembros de la directiva, mientras arreglaban las flores para el altar, le comenté que le habían quitado el “chance” de las mujeres...; o quizá les obligaron a hacerlo... Lo cierto es que están con una sonrisa de oreja a oreja, sacrificando con gusto su tiempo y sus esfuerzos.
     Mañana, pues, estaremos de fiesta nuevamente. Les contaré cómo acontecerá todo.
     Saludos, amigos.


Como podrán darse cuenta, le falta trabajo. Pero, confiamos en el entusiasmo y la colaboración de los buenos patzuneros. Además, felicitamos al P. Juan Turuy y a los sacerdotes de la parroquia que han colaborado tanto en este trabajo.
El Obispo, en la sede recién restaurada y bendecida.

El sagrario del retablo y el patrono.

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