martes, 26 de octubre de 2010

Una foto a orillas del Atitlán

     El agua ha dado tregua, aunque el invierno no ha terminado. La gente mayor no recuerda un invierno tan tormentoso después del de 1949. Aquello fue terrible, cuentan. El estado de las carreteras es prueba palpable –aún ahora– de cuánta agua calló del cielo.

     Una de las primeras tardes después de volver a Guatemala fuimos al maravilloso pero ahora dañado lago de Atitlán, especialmente por la cianobacteria que se ha propagado. Eso sí, de tanta agua que ha caído, el lago ha subido de nivel unos dos metros. En Panajachel, la playa pública casi ha desaparecido.

     La foto que cuelgo, con el P. Juan Pablo, en un “reconocimiento” que dimos al lago a principios de mes, aunque de nuestra figura se ve casi sólo la silueta.

1 comentario:

  1. Padre, no sabe la alegria que me da el saber algo de noticia del Padre Juan Pablo siempre he quierido contactar con él pero no he podido.
    Le guardo buenos recuerdos de él. Le da de mi parte muchos recuerdos. Seguro de que no se acuerda de mi, pero es lo de menos. Me acuerdo mucho cuando iba a confesarnos a darnos retiros.

    Que distrute Padre de los buenos paisajes de nuestra quierida tierrra primaveral.

    Ya me imagino que se ha enterado de que en Navarra ya hen caido las primeras nieves de lo que se lobró.
    Saludos.
    Sor Ángela María.

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