sábado, 23 de octubre de 2010

Evangelio del día

Lc 13,1-9. “¿Creen ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos?” (v. 2). Dios no siempre castiga en esta vida a los pecadores (cfr. Jn 9,3). Todos somos pecadores y merecemos un castigo peor que el de las desgracias terrenas: el castigo eterno; pero Cristo ha venido a reparar por nuestros pecados y nos ha abierto las puertas del Cielo. Sólo Dios nos liberará del castigo merecido si nos arrepentimos.

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