lunes, 13 de febrero de 2012

La muerte de una cantante famosa

     ¿Saben quién fue Whitney Houston? "Fue", porque el sábado pasado murió, a sus 48 años de vida. ¿Quién era? Una cantante de gospel, se profesaba cristiana aunque tuvo sus altibajos en su forma de llevar la vida que deseaba llevar. ¿Se recordarán de la película "El Guardaespaldas"? Era la co-protagonista. Cuentan (pinchar aquí) que la última canción que interpretó "a capela" el viernes pasado fue "Sí, Jesús me ama".
     Su voz era prodigiosa, me encanta. Quizá el siguiente tema sea el más famoso suyo: I will always love you (Siempre te amaré).

2 comentarios:

  1. Muero de pena por ella y tantas vidas que no siempre encontramos la salida para cambiar un destino cruel. Me pregunto sino era nuestro destino que la vida te llenara en un principio de coronas y laureles para luego mostrarnos la contracara, la del mal, la del costo de nuestra fama y riquezas cuando ya no tenemos nada para ofrecerle a ese anticristo que nos encumbró al costo mas elevado que en esta vida podíamos ofrecer. Todo tiene un coste en este mundo en el que hemos caído, lo que aún no he logrado saber para afirmar, si este fue destino o el destino lo decidimos cada quien.. que nadie se atreva a decir que lo sabe, solo Dios y quizás algún día nosotros podamos elevarnos a tal sabiduría, algún día en sabe Dios que tiempos y espacios quizás logremos llegar...

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    1. Hola, Sonia. Gracias por tu comentario.
      Dios sabe -puesto que lo sabe todo- cuál será nuestro fin. Ahora bien, ¿puede Dios PREDESTINAR a alguien a la condenación, él que "quiere que todos los hombres se salven"...? NO PARECE, pues en Dios no puede haber un resquicio de maldad -¡si lo hubiera, no sería Dios!-. Dios lo puede todo, pero no puede nada en contra de nuestra libertad: ya te das cuenta que esto es común y medianamente evidente hoy.
      Pero, a los que tenemos más llano el camino sabiendo lo que a Dios agrada, es más "fácil" alcanzar la salvación. Dios es nuestro Padre, que quiere el bien para nosotros y continuamente nos ayuda, y nosotros también lo queremos. Si luchamos con alegría por ser fieles a Dios, Él ya se encarga de hacer crecer y fructificar esa lucha, como un papá ve los logros de su hijo pequeño y lo premia.
      En fin, siguiendo tus consideraciones, no busquemos las cosas como un culto a nosotros mismos, más bien, veamos en ellas sólo un instrumento para ayudar a los demás y agradar a Dios. Así, la vida es más amable, como lo es en verdad.
      Quizá te dé alguna luz leer lo que escribí recientemente sobre una obra de teatro: http://vivirdecaraadios.blogspot.com/2013/08/en-el-seminario-hoy-ha-comenzado-la.html. Saludos cordiales. Dios te bendiga.

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