viernes, 17 de agosto de 2012

"Sacerdote, sacerdote"


     Me he preguntado algunas veces, especialmente cuando estoy un tanto cansado: ¿qué sentido tiene lo que estoy haciendo?, ¿a alguien le interesa?
     Lo admito: algunas veces cuesta un tanto levantar la vista y darme cuenta que a Dios sí le interesa, incluso las cosas más pequeñas, que Él actúa a través de esas nimiedades. Es un Dios tan poderoso que es capaz de importarle estas nimiedades.
     A los sacerdotes nos puede pasar que, si nos descuidamos, podríamos perder el sentido de lo que estamos haciendo, incluso de lo más sagrado como la Santa Misa. Entonces, el sacerdote podría convertirse en un “profesional”, alguien que realiza una función.
     Dios me ayude, nos ayude a los sacerdotes, a conservar la piedad, e ir creciendo en el amor a lo que nos ha confiado: las “cosas” santas, a Él mismo. Desde luego que ofreceremos siquiera un Padrenuestro por los sacerdotes, por el sacerdote que cada uno conoce.

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