miércoles, 1 de agosto de 2012

Una conferencia sobre ecología


     El día de hoy ha culminado, en el Seminario, un “Simposio” de Filosofía, que tuvo como tema principal “la Ecología y el Ecologismo”. Es el tercer año que se realiza este Simposio. La novedad, para mí, es que me invitaron a dar una de las conferencias, un poco inusual para uno que ha estudiado temas concernientes a la Biblia. Sin embargo, el tema tampoco es tan extraño, porque su fundamentación siempre es bíblica. Así lo expresa el primer “mandamiento” del “Decálogo sobre ética y ambiente” del Pontificio Consejo “Justicia y Paz”: La Biblia tiene que dictar los principios morales fundamentales del designio de Dios sobre la relación entre hombre y creación.
     Quiero citar, aquí, el n. 8 del Mensaje de Benedicto XVI para la XL Jornada Mundial por la Paz (1/01/2007). Viene a recordar que hay una “ecología humana” –la principal-, que está intrincadamente relacionada con la “ecología natural”.
     Juan Pablo II, en su Carta encíclica Centesimus annus, escribe: “No sólo la tierra ha sido dada por Dios al hombre, el cual debe usarla respetando la intención originaria de que es un bien, según la cual le ha sido dada; incluso el hombre es para sí mismo un don de Dios y, por tanto, debe respetar la estructura natural y moral de la que ha sido dotado”. Respondiendo a este don que el Creador le ha confiado, el hombre, junto con sus semejantes, puede dar vida a un mundo de paz. Así, pues, además de la ecología de la naturaleza hay una ecología que podemos llamar “humana”, y que a su vez requiere una “ecología social”. Esto comporta que la humanidad, si tiene verdadero interés por la paz, debe tener siempre presente la interrelación entre la ecología natural, es decir el respeto por la naturaleza, y la ecología humana. La experiencia demuestra que toda actitud irrespetuosa con el medio ambiente conlleva daños a la convivencia humana, y viceversa. Cada vez se ve más claramente un nexo inseparable entre la paz con la creación y la paz entre los hombres. Una y otra presuponen la paz con Dios. La poética oración de San Francisco conocida como el “Cántico del Hermano Sol”, es un admirable ejemplo, siempre actual, de esta multiforme ecología de la paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario