viernes, 31 de agosto de 2012

Explicando sobre la resurrección

"La Gloria de los Santos" de G. B. Ricci.

     El día Viernes suele ser bastante movido para mí, debido a las clases que me toca dar y otros encargos. En este día me toca explicar la clase de Escatología a los que van más avanzados en los estudios de teología, todo lo que se refiere a la vida que está más allá de lo terreno.
     Hoy me tocó explicar sobre la resurrección de los muertos, verdad de la fe que en la Iglesia nunca ha sido puesto en duda seriamente, aunque para los que no comparten nuestra fe sencillamente es insostenible –recordemos el pasaje de Hch 17,32-.
     En los Padres de la Iglesia (grandes pastores en los primeros siglos de la Iglesia) hay dos posturas frecuentes: la de los que ponen énfasis en el modo y las características del cuerpo glorioso del resucitado (San Ireneo y Tertuliano) y la de los que ponen énfasis en el papel del alma para “informar” su propio cuerpo en la resurrección (Orígenes y San Gregorio de Nisa), es decir, por la vía de la “espiritualización”. San Agustín, entre otros, propone el equilibrio entre las dos posturas.
     El asunto está en que, al hablar de este tema, se le da mucha importancia al tema de cómo será la resurrección de los muertos, y no tanto en lo que “sucede” con la resurrección, es decir, la unión perfecta con Dios del resucitado, de su alma y de su cuerpo glorioso. De ahí que el tema pueda suscitar cierto repelús en nosotros. Lejos de eso. Más bien nos recuerda que buscamos la bienaventuranza y a ella tiende nuestra búsqueda.
     ¿Quieres llegar al cielo? Es obvia la respuesta...

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