miércoles, 26 de diciembre de 2012

Con la presencia del Hermano Pedro.


    Estoy unos días de descanso en casa, con mis papás, para retomar fuerzas. Estoy disfrutando estos días de la Navidad para pasarlo en familia.
     Así, me he estado acercando a mi parroquia para echar una mano en lo que puedo. Hoy he tenido la oportunidad de acompañar a los sacerdotes en mi parroquia, al P. Milo y al P. Carlos, que han recibido, junto con mis paisanos, las reliquias del Hermano Pedro, que está realizando un recorrido en la Diócesis, de parroquia en parroquia, durante este Año de la Fe. Éste es, precisamente, el objetivo de la veneración de las reliquias del Hermano Pedro. Se trata de un hueso de una costilla del Santo, canonizado por el Papa Juan Pablo II en el año 2002.
     La recepción de las reliquias, fue en la entrada de “la Villa de Zaragoza”, puesto que la tal parroquia la ha tenido durante estos días. El recorrido de este punto hasta la entrada de “la Villa de Patzicía” se hizo en carro, pues son unos cinco kilómetros de recorrido. La respuesta de los feligreses patzicienses ha sido maravillosa: fueron unos treinta vehículos los que acompañaron la reliquia.
     A la entrada del pueblo se fue aglomerando la gente, esperando que llegara la caravana con la reliquia. La procesión, puesto que se llevó a hombros la reliquia, recorrió el pueblo a lo largo y a lo ancho, para que el pueblo se entere de esta visita. Éramos unas mil personas las que íbamos en la procesión.
     La procesión terminó en la iglesia parroquial, como muestran las imágenes que cuelgo en la entrada. La Santa Misa, celebraba por el P. César Alonzo, reunió también mucha gente, con la consiguiente y posterior veneración de la reliquia.
     Las reliquias permanecerán en las comunidades de esta parroquia durante estos días, hasta el 29 del mes. Aprovecharemos a conocer más sobre la vida de nuestro paisano y a pedirle que interceda por los la Iglesia, el mundo y todos los que integramos esta comunidad cristiana.
Al recibir la reliquia del Hno. Pedro, se acomodaba en su transporte, al inicio de la caravana.

Un acercamiento.

El carro en donde se transportaba la reliquia, al desviarse para entrar en el pueblo.

A hombros, al inicio de la procesión.

Mientras llevábamos por las calles. Ésta era la vista que yo tenía en la procesión.

Mientras nos acercábamos a la iglesia. En la cima del horizonte se mira la silueta de la iglesia.

El P. Milo, párroco de Patzicía, en la recepción de la reliquia, que está frente al altar.

Una vista de la gente que acompañó la reliquia durante la procesión.

En un pequeño lugar preparado para la reliquia que se ve en el centro, brillante.
 

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