lunes, 10 de diciembre de 2012

Ésta es mi tierra

     Se acercan las fiestas navideñas: estamos a sólo dos semanas, que se pasarán sin sentir. Son días de reunión familiar, de celebración sosegada y cariñosa, repleta de oportunidad para mostrar amor y fraternidad a cuantos se conoce.
     Pero no hemos de perder de vista el primario y auténtico significado de estas fechas: la Encarnación del Hijo de Dios y la salvación de la humanidad. Me resisto a vivir una Navidad sin Jesús, que sería vaciarla de contenido.

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