Entre los días de anteayer y de ayer tuve
el gran gusto de participar de la fiesta patronal en la “ciudad” de Santa Lucía
Cotzumalguapa, Escuintla, además de gozar de la compañía de los sacerdotes que
atienden la parroquia: los padres Martín Sirín y Tito Muralles. Me habían
invitado para celebrar la Santa Misa en la víspera de la fiesta patronal, como
parte del novenario en honor de la santa.
Les pregunté por la tradición de celebrar
la Santa Misa, como sucedió, a las once de la noche, seguida de la alborada. Tamaña
sorpresa la mía cuando me enteré de que era la primera vez que se hacía... En
tierra caliente, como lo es la parte costera en que se sitúa el pueblo, es
posible hacer algo semejante; no así en los pueblos de tierra fría, en que se
le hiela todo a uno.
Además de participar de la fiesta
patronal, también disfruté enormemente de la compañía y la hospitalidad de los
padres, y me dio mucho gusto observar el buen hacer suyo y comprobar el aprecio
que se les tiene. Gran satisfacción la mía. Eso sí, me hizo sentir un poco
viejo cuando alguna vez salió a relucir ante los demás que yo había sido
formador de ambos...
Muchas, gracias, P. Martín y P. Tito, por
la alegría compartida. Con un recibimiento semejante dan ganas de volver; lo
haremos en su momento.
Les dejo con algunas fotos de la fiesta y
vean el excelente ambiente en que viven.
El anda de la Patrona, apenas visible, con la esplendorosa nave de la iglesia. |
El P. Tito, que gentilmente se dejó tomar esta foto. Detrás, el sencillo pero precioso retablo de la iglesia. |
La Patrona, en su anda, al comienzo de la procesión, saliendo del templo parroquial. |
Otra perspectiva de su salida del templo. |
La fachada del precioso templo parroquial de Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla. |
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