CHRISTE, AUDI NOS
Cuando Salomón con todo su pueblo ofreció
grandes sacrificios al Dios de Israel, se le apareció el Señor y le dijo estas
palabras: Yo
desde el Cielo atenderé a tu pueblo, y le seré propicio. Ciertamente fue grande esta gracia y esta
promesa. Pero semejante promesa hace Cristo a su Madre, porque promete este
Señor oír y atender siempre desde el Cielo los ruegos de todos aquellos que son
verdaderos devotos de esta amable Señora, y de serles propicio en todas sus
cosas y negocios.
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