El Santo Padre ha autorizado
publicar el decreto de las Virtudes Heroicas vividas por el Siervo de Dios
Mons. Álvaro del Portillo (1914-1994), anterior Prelado del Opus Dei, sucesor
de San Josemaría Escrivá. Esta declaración no se trata aún ni de canonización
ni de beatificación, pero queda expedito el camino para alcanzar este fin.
Así como los demás decretos
publicados por la Congregación para la Causa de los Santos –pueden leerlos
pinchando aquí-, éste de las Virtudes Heroicas de D. Álvaro es para beneficio
de toda la Iglesia. la siguiente es la noticia con que me encontré en la página
del Opus Dei.
Siempre a la vera de San Josemaría |
Un sacerdote de paz y lealtad
Al conocer el anuncio realizado por la Santa Sede, el prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, ha manifestado “gratitud a Dios por este pastor ejemplar que amó al Señor y a su Iglesia”. Y ha añadido: “Don Álvaro es recordado por tantos hombres y mujeres como un sacerdote de paz, leal a su compromiso de amor a Dios; muy unido a la Iglesia y al Romano Pontífice; supo servir con alegría y total generosidad a san Josemaría Escrivá de Balaguer; a sus hermanos —luego hijos— en el Opus Dei; a sus parientes; a sus amigos y a sus colegas. Con su predicación ayudó a encontrar la felicidad en la fidelidad a Jesucristo a centenares de miles de personas en los diferentes países a los que realizó viajes pastorales”.
Mons. Echevarría, principal
colaborador del nuevo Venerable desde 1975 hasta 1994, se refirió a él como una
persona que “irradiaba paz, alegría, sencillez, espíritu cristiano y
visión apostólica”.
Rasgos biográficos
Álvaro del Portillo nació en
Madrid el 11 de marzo de 1914. Era el tercero de ocho hermanos. Ingeniero,
doctor en Filosofía y Letras y en Derecho Canónico, en 1935 se incorporó al
Opus Dei. Muy pronto se convirtió en el más sólido apoyo del fundador, san
Josemaría Escrivá de Balaguer. Fue ordenado sacerdote en 1944.
En 1946 se trasladó a Roma.
Con su actividad intelectual junto a san Josemaría y con su trabajo en la Santa
Sede realizó una honda reflexión sobre el papel y la responsabilidad de los
fieles laicos en la misión de la Iglesia, a través del trabajo profesional y
las relaciones sociales y familiares. Entre 1947 y 1950 empujó la expansión
apostólica del Opus Dei en Roma, Milán, Nápoles, Palermo y otras ciudades
italianas. Promovió actividades de formación cristiana y atendió
sacerdotalmente a numerosas personas.
Desde el pontificado de Pío
XII hasta el de Juan Pablo II desempeñó numerosos encargos en la Santa Sede.
Participó activamente en el Concilio Vaticano II y fue durante muchos años
consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El 15 de septiembre de 1975,
tras el fallecimiento del fundador, don Álvaro fue elegido para sucederle al
frente del Opus Dei. El 28 de noviembre de 1982, cuando el beato Juan Pablo II
erigió el Opus Dei en prelatura personal, le designó prelado y el 7 de
diciembre de 1990 le nombró obispo. A lo largo de los años en que estuvo al
frente del Opus Dei, promovió el comienzo de la actividad pastoral de la
prelatura en 20 nuevos países. Como prelado del Opus Dei, estimuló también la
puesta en marcha de numerosas iniciativas sociales y educativas.
Mons. Álvaro del Portillo
falleció en Roma en la madrugada del 23 de marzo de 1994, pocas horas después
de regresar de una peregrinación a Tierra Santa. Tras su muerte, miles de
personas han testimoniado por escrito su recuerdo: su bondad, el calor de su
sonrisa, su humildad, su audacia sobrenatural, la paz interior que su palabra
les comunicaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario