miércoles, 6 de junio de 2012

Gran testimonio sacerdotal de Mons. Schaffer

     El día de hoy San Lucas Tolimán vivió una jornada triste y alegre a la vez: triste, porque hoy se despidió de los restos mortales de Mons. Gregorio Schaffer; alegre, porque, en clave cristiana, sabemos que ya está gozando del Cielo.
     He participado hoy de la Misa exequial –y parte de la procesión hacia el cementerio- ofrecida por Mons. Gregorio, quien falleció el 24 de mayo pasado.
     Me ha impresionado la entrega generosa de este sacerdote que, durante casi 50 años, estuvo trabajando por ayudar a los “luqueños”. Francamente lo conocí poco, pues no tuve la oportunidad de tratarlo casi. Pero he escuchado los testimonios de gente que le conoció y resultó beneficiada por su desinteresada ayuda espiritual y también material. De hecho, impulsó varios proyectos de promoción social y humanitaria en el municipio: están convencidos todos que gracias a él, el pueblo progresó.
     Ahora bien, el testimonio de fe, aprecio y agradecimiento que mostraron los “luqueños” fue impresionante: los establecimientos educativos suspendieron las clases, las autoridades del orden estaban ayudando; todo el pueblo se había volcado en asistir y ayudar. Su cuerpo fue llevado no “a hombros”, como suele ser, sino en un “anda” de 24 hombros cada lado. La procesión duró unas cuatro horas hasta el cementerio.
     Un detalle más: el P. Gregorio había previsto todo, incluso dispuso todo para que hubiera “pulique” –comida típica regional- para todos al terminar el entierro.
     Dios premie a Mons. Gregorio por todo el bien que ha hecho. Ojalá los “luqueños” no olviden pronto el bien que ha hecho por ellos y sigan sus pasos, ayudando a los más necesitados.
     La canción y la letra de la siguiente canción es de Juan Coz Asunción.

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