domingo, 17 de junio de 2012

"El Reino de Dios se parece a..."


     En el evangelio de la Misa de este Domingo, el Señor compara el Reino de Dios a una semilla (cfr. Mc 4,26-34). Esta semilla –el Reino de Dios- tiene una potencia prodigiosa, irresistible, misteriosa.
     La nueva evangelización no depende del mayor o menor esfuerzo del hombre, porque “la semilla germina y va creciendo, sin que él (el hombre) sepa cómo”. Ciertamente, esta nueva evangelización necesita buenos instrumentos, pero Dios hace lo suyo, que es lo más importante e imprescindible.
     Si el hombre hace su parte –todo “lo que está de su parte”-, no nos preocupemos de más, confiemos porque Dios hará el resto, que es siempre más eficaz.

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