viernes, 15 de junio de 2012

En la Solemnidad del Sagrado Corazón



     Celebramos hoy la Solemnidad del Sagrado Corazón. Los primeros cristianos ya lo consideraron y veneraron, siguiendo las mismas palabras de nuestro Señor: “aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón...” (Mt 11,29). La Iglesia nació del costado abierto de Cristo, pendente de la Cruz. Considerar el Sagrado Corazón de nuestro Señor nos conduce a la verdad de su Santísima Humanidad (Él es “el Camino, y la verdad y la vida” [Jn 14,6]).
     Las lecturas de la Santa Misa (Os 11,1.3-4.8c-9; Sal Is 12; Ef 3,8-12.14.19; Jn 19,31-37) hablan del amor de Dios para con nosotros. Es especialmente entrañable la Primera Lectura, tomada del libro de Oseas. Recordemos que el profeta Oseas fustiga fuertemente los pecados y la infidelidad del pueblo de Israel. Pero, como siempre, Dios tiene una palabra de esperanza, siempre ofrece la salvación. “De Egipto llamé a mi hijo –dice-.
     Invocamos, con las oraciones de la Santa Misa, el amor misericordioso de Dios. La expresión “amor misericordioso” es reiterativa; esta expresión revela el interés de Dios sobre el hombre, pero un interés que va más allá del egoísmo de buscar su gloria: busca la felicidad del hombre.
     Entonces, ¿cómo no sentirnos amados por Dios? ¿Cómo dudar que somos hijos suyos si Él mismo nos lo ha testimoniado con palabras y obras?  Decía san Josemaría: “¡Que estén tristes los que no se saben hijos de Dios!”
     Pueden leer todo lo que quieran sobre la devoción del Sagrado Corazón en Aciprensa.

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