domingo, 13 de abril de 2014

Fuertes impresiones de la Jornada

     Anoche, la vigilia, estuvo “a tope”. Comentándolo, quizá había unos mil quinientos jóvenes. La Jornada comenzó con el Via Crucis Viviente, me comentaron, de muy buena presentación. Hubo bulla, mucha bulla, como gusta por estos lugares a los jóvenes y a muchos grupos, sonidos con muchos decibelios que aturdieron a los que estaban. El rato de paz fue durante el tiempo de adoración al Santísimo que hubo. En ese momento aproveché “confesar” a los que querían. De hecho, sin propaganda alguna, me aparecí con alba y estola y empezaron a acercarse los que querían. Me eché unas buenas horas de Confesiones de gente que lo necesitaba. La vigilia terminó hacia media noche, pero yo seguí un rato más con mi labor.
     El ambiente en el pueblo era de fiesta: había muchos grupos musicales regados por el pueblo, a lo largo del recorrido de la caminata. Más o menos, se tanteaba, eran dos kilómetros y medio de recorrido. Cuando llegó el Obispo al lugar del encuentro —él iba encabezando la caminata—, todavía había gente que empezaba el recorrido…
      Se cree que hubo más o menos unos quince mil jóvenes, pues se llenó el campo de futbol a pleno, más los circunstantes que no quisieron entrar y se quedaron pajareando por las calles.
     El entusiasmo de los jóvenes estuvo a pleno. ¡Eran incansables! En determinado momento se les pidió a los varones dar un “grito de júbilo”, y lo hicieron muy bien. Luego, las mujeres… ¡Madre mía!: su grito ganó al alto volumen de los parlantes…
     ¿Que hay gente que va por otros motivos o que hay notas negativas en este tipo de encuentro? Desde luego que los hay. Pero también, confío, hay muchas historias de conversiones y buenos propósitos de mejora de vida cristiana. Ahora, comentaba con el P. Benjamín Yac, principal organizador de esta XIX Jornada, toca aprovechar lo que generó en la parroquia el paso de la Cruz de la Juventud, el icono de la Virgen y la organización de la actividad. Encomendaremos.
     La tremenda sorpresa fue la elección del Obispo para sede de la próxima jornada de la Juventud: la recién erigida parroquia del Beato Juan Pablo II. En verdad, al momento del anuncio todos quedamos “mudos”. Nadie de lo esperaba. Ahora, el P. Edgar, párroco de la nueva sede de la Jornada, empezará con optimismo y desvelos a organizar la actividad. Esperamos que pueda tener la ayuda necesaria.
     La nota triste fue la muerte de un joven que, al terminar la Jornada, fue con sus amigos a orillas del lago y, sin saber nadar, se metió al agua y se ahogó. No hubo socorrista presente que lo pudiera salvar. Encomendamos el alma de Basilio, que así se llamaba.
     Muchos frutos sacamos y habremos de sacar de esta actividad. Dios nos ayude.
Así comenzó la Santa Misa, con la Cruz de la Juventud y la imagen de la Virgen, signos de la JDJ.

El Obispo, Mons. Gonzalo, ingresando para la celebración.

Esta foto la he "robado" del P. Milo, excelente toma que hizo.

Otra panorámica.


El icono mariano signo de la Jornada de la Juventud.

Jóvenes de El Camán, sede de la próxima Jornada.
Así recibieron la Cruz en El Camán.

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