domingo, 6 de abril de 2014

“Tu amigo está enfermo” (Jn 11,3)

"La resurrección de Lázaro", de Giotto.
     Caben varias lecturas del evangelio de este domingo, una proclamación larga pero rica en detalles aleccionadores. Esta vez, quisiera proponerles, con suma brevedad, el tema de la amistad de Jesús, con cuatro frases.
     “Las hermanas (de Lázaro) enviaron a decir a Jesús: ‘Señor, aquel a  quien tú quieres, está enfermo’” (v. 3). No le dicen: “uno de los amigos que tú quieres” ni “tu amigo Lázaro”.
     “Nuestro amigo Lázaro duerme; pero voy a despertarle” (v. 11). El Señor no tiene pudor en hacer público el cariño que le tiene.
     “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano” (vv. 21 y 32). Ambas hermanas, Marta y María, tienen la confianza de reprocharle no haber estado con ellos y auxiliarles.
     “Jesús derramó lágrimas. Los judíos entonces decían: ‘miren cómo le quería’” (vv. 35s.). ¡Qué humano es Jesús!
     Betania es lugar de descanso. La amistad de estos tres hermanos Marta, María y Lázaro— un consuelo para su corazón humano y divino. Sí que les quería. Es en el dolor cuando se prueba la verdadera amistad.
     Ojalá te refugiaras frecuentemente —al menos un rato cada día— en Betania y escucharas, embobado como María a los pies del Maestro, la palabra iluminadora de Jesús. Tu alma te lo agradecerá.

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