viernes, 25 de abril de 2014

Siempre aprender, también a escribir

Para bien escribir, hace falta hacerlo con propiedad, corrección, claridad, "don de lenguas" -y más propiedades-, hasta con buen humor... -como, por ejemplo, Quino-. Ojalá pudiera algo, como tantos autores buenos.
     Algún rato tengo para revisar el portal de algunos amigos, tanto en páginas como en su muro en Facebook.
     Trato de aprender algo de ellos pero, en “algunos” casos, aprendo que debo escribir cosas que sirvan a los demás, más que una expresión de desahogo que no interesa a nadie. Cuando mis amigos se quejan de algo, a veces de forma amarga y triste, aprovecho para encomendarles.
     También aprendo que debo tratar de ser positivo a la hora de escribir algo y no criticar, aunque no pocas veces me den ganas de hacerlo. Aunque más trabajoso, prefiero ayudar a construir y no a destruir, que resulta más frecuente y fácil. Ustedes son conscientes de que, aunque esté en nuestras manos, preferimos dejar de lado lo bueno y juntarnos con el montón que se limita a señalar.
     Una cosa más, que he tratado de tomar muy a pecho dentro de mis limitaciones: tratar de escribir bien, sin abreviaturas perezosas y vicios de deformar la correcta escritura. ¡Cómo cuesta escribir correctamente! NUESTRA ESCRITURA DICE MUCHO DE CÓMO SOMOS.

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