jueves, 23 de enero de 2014

Las pasiones de Saúl

     De la primera lectura de la Misa de hoy (1S 18,6-9; 19,1-7: lee aquí) me ha impresionado el arrebato de envidia del rey Saúl ante los logros de David, que deciden incluso su suerte.
     Además, como contrapeso, me admira la pureza y la autenticidad de la amistad de Jonatán, hijo de Saúl y amigo de David.
     No es bueno ser arrebatado, tomar decisiones sin sopesarlas, ir a la acción sin antes pensar. Cuando las pasiones se hacen evidentes en nosotros, conviene hacerle caso a lo que la razón dicta, y no a lo que nos inclinan el corazón y el instinto.
     Hoy, en una conversación, he recordado la canción “vieja” para algunos Naveira do mar: “Cinco sentidos tenemos dice la primera estrofa, cinco sentidos tenemos. Los cinco necesitamos. Pero, los cinco perdemos cuando nos enamoramos...”

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